El Padre Alberto Arcos-Pérez EP,
encargado de los Heraldos del Evangelio en
Uruguay, a pedido de un amigo en común, envió un mensaje de saludo al
prestigioso programa “La Voz de los Jóvenes”, que dirigen Geraldine Weber y Héctor Quinto,
de Radio
“La Voz de María 88.1 FM”, Guayaquil, Ecuador. Lo compartimos con nuestros lectores por
considerarlo de gran interés.
Les
envío paternalmente este saludo desde Uruguay. Podríamos hablar de la
esperanza, de la virtud de la esperanza, en vista que hoy estamos viviendo
tiempos muy difíciles, donde hay crisis
por todas partes y en todos los lugares; se nos presentan las cosas llenas
de sombras y de incógnitas. El demonio, enemigo de nuestra salvación quiere
acabar con la esperanza en la humanidad, especialmente entre los jóvenes y los
adolescentes, porque él sabe que “la juventud no fue hecha para el placer sino para el
heroísmo”, según palabras del francés Paul Claudel.
Por esto, les ofrece todo tipo de goces, con cosas pasajeras y quiere quitarles
las expectativas de los horizontes grandiosos a los que deben aspirar, ya que
todo parece que se encamina hacia lo contario.
En materia de virtud, el heroísmo no es una obligación sólo para los jóvenes,
sino de todos los hombres sin excepción, según nos enseña Monseñor João Clá
Dias, EP fundador de los Heraldos del Evangelio.
En los días en que vivimos, la virtud de
la esperanza tiene que estar muy viva en nuestras almas, dándonos la seguridad
que en determinado momento Dios intervendrá.
Pero, me podrán decir ¿en quién tener esperanza? ¿Cuál es el objeto de nuestra
esperanza? María, Madre de la Iglesia es el modelo de los fieles, y es a través
de Ella que llegamos a Jesús. Dirijamos entonces ahora, nuestra mirada a lo
alto del Calvario cuando el Señor estaba a punto de derramar las últimas gotas
de su sangre, para nuestra salvación. En el auge de su agonía, Jesús al ver su
Madre y, junto a Ella al discípulo al que amaba dijo a su Madre: “Mujer ahí
tienes a tu hijo”. Y luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu Madre”. De esta
manera le entregaba a Ella todos los hombres como hijos en la persona de San
Juan.
La Virgen Santísima es por consiguiente, además de Madre de Dios, madre
amantísima de cada uno de los bautizados. María es entonces, Madre de la
esperanza y es a quien debemos recurrir en todos los momentos difíciles, sean
personales, familiares o sociales.
Con los ojos puestos en la Virgen, envío
mi especial bendición para Radio “La Vozde María” y a todos sus oyentes.