martes, 30 de abril de 2019

Benedicto XVI recibe a los Heraldos del Evangelio – Un vínculo que perdura y se fortalece

Benedicto XVI y Monseñor João Clá Dias, EP - Un vínculo que perdura y se fortalece.
Cuando Benedicto XVI subió al solio pontificio, los vínculos que los Heraldos del Evangelio y su fundador tenían con el Sucesor de San Pedro se volvieron indisolubles. En recientes visitas a él en el Vaticano, fue posible comprobar la fuerza de esa unión de personas y de misión.
Caía la tarde en el Vaticano en el último pasado día 29 de noviembre. Una atmósfera de serenidad marcaba el ambiente mientras se acercaba el momento en que Benedicto XVI recibiría a dos sacerdotes Heraldos del Evangelio: el P. Alex Barbosa de Brito y el P. Antonio Guerra de Oliveira Júnior.
Ambos habrían de esperar unos minutos hasta que Su Santidad concluyera el Rosario junto a la gruta de Lourdes, de los jardines pontificios. Mientras tanto, muchas impresiones les venían al espíritu, intercaladas por la emoción de comparecer en nombre de Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, ante un Papa que representa mucho para la Santa Iglesia.

sábado, 27 de abril de 2019

Comentarios al Evangelio del II Domingo de Pascua (domingo 28 de abril) -Ciclo C- por Mons. Joao S. Clá Dias, EP

Monseñor Joao S. Clá Dias, EP
[…] Testigos preparados para, en el futuro, beneficiarnos.
29 Jesús le dijo: "¿Creíste, porque me has visto? ¡Bienaventurados los que creyeron sin haber visto!”
Con mucha claridad, objetividad y discernimiento Fray Manuel de Tuya OP (de quien guardo nostálgicos recuerdos) nos explica este versículo. Él destaca que la intención de Jesús no es recriminar “los motivos racionales de la fe”, ni las personas a las cuales se había mostrado. Era, sí, bendecir “los fieles futuros que aceptasen, por tradición continua, la fe de aquellos que Dios ‘escogiera’ para ser ‘testigos oficiales’ de su resurrección y para transmitirlas a otros. Es lo  que Cristo pidió en la ‘Oración Sacerdotal’: “No ruego sólo por estos [los apóstoles], sino por todos lo que por su palabra han de creer en Mi’ (Juan 17, 20)” [12].

sábado, 13 de abril de 2019

Comentarios al Evangelio del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor (domingo 14 de abril) por Monseñor Joao Scognamiglio Clá Dias, EP

Monseñor Joao Scognamiglio Clá Dias, EP
[…] Nuestro Señor estaba derrotando el mal
Los indiferentes y los tibios, pretendiendo pertenecer al número de los buenos, estaban ciegos de alma por su propia actitud, hasta el punto de no percibir que Nuestro Señor, en su Vía Dolorosa, alcanzaba el mayor de los triunfos. También los adversarios del bien, con la vista turbia de odio, no se daban cuenta de que aceleraban su propia ruina. “¿Oh muerte dónde está tu victoria? ¿Oh muerte dónde está tu aguijón?” (I Cor 15, 55), indaga desafiante el Apóstol. Muriendo en la Cruz, el Divino Redentor venció no sólo la muerte, sino también el mal, y dejaba fundada sobre roca firme una institución divina, inmortal -la Santa Iglesia Católica, su Cuerpo Místico y fuente de todas las gracias-, que debilitó y dificultó la acción de la raza de la serpiente, privándola del poder aplastante y dictatorial que había ejercido sobre el mundo antiguo.

sábado, 6 de abril de 2019

Comentario al Evangelio V Domingo de Cuaresma –Ciclo C- (domingo 7 de abril) por Mons. Joao S. Clá Dias, EP

[…] El pecado no compensa.
10 Entonces se levantó y viendo allí sólo a la mujer, le preguntó: "Mujer, ¿dónde están los que te acusan? ¿Nadie te condenó?” 11 Ella respondió: "Nadie, Señor". Entonces Jesús le dijo: "Ni yo te condeno. Anda y no vuelvas a pecar.

La adúltera al notar que sus acusadores se iban retirando, comenzó a sentir un creciente alivio interior, alcanzando un auge tras la salida del último de ellos. La perspectiva de la muerte por lapidación la amedrentó y promovió una constatación frecuente en los pecadores arrepentidos: ¡el pecado no compensa! La gran vergüenza y humillación ante aquel numeroso público tal vez la hicieran sufrir aún más.