El 23 de septiembre la Iglesia celebra al Santo Padre Pío. Eran miles y miles de devotos que se acercaban a verlo, pedir consejo, confesarse o para obtener un milagro.
De niño, Francisco Forgione "rezaba de rodillas y bien compuesto". Ya a sus cinco años tenía éxtasis y apariciones, que los ocultó hasta sus 28 años de edad, pues consideraba que acontecía, de forma ordinaria, con todas las almas. "Había sentido, desde la más tierna edad, fuertemente la vocación al estado religioso", atraído a ser como los "frailes de barba" sentíase invitado a "combatir como valiente guerrero", "contra el placer de este mundo", que intentaba sofocar la divina llamada.