Monseñor João S. Clá Dias, EP |
El mensaje de Monseñor João Clá fue leído por el Padre Alex Brito, EP ante una nutrida y atenta concurrencia:
“Nuestra Señora en Fátima habla de grandes acontecimientos para la Iglesia y para el Mundo, que marcarían la historia de la humanidad con amargos sufrimientos y con la esplendorosa victoria del Sapiencial e Inmaculado Corazón de María.
¿Qué debemos pensar al respecto de las profecías de Fátima?
Al contemplar en esta Catedral, repleta de personas consagradas a Ella y que a Ella se acogen a la práctica de la devoción del Primer Sábado, vemos aquí el cumplimiento perenne e inalterable de la promesa de Nuestro Señor a su Iglesia: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella".
¿Quién osaría imaginar que en el año 1917, la realización de las profecías de la Madre de Dios en Fátima, se daría como signo sensible en el Brasil? Al término de esta ceremonia, ¿quién pudiera negar que el público que en ella participó, representa una porción muy selecta de la Iglesia de Brasil de ahora y sobretodo del futuro?
¡Pensamientos como este son mi más grande consolación! A mí que ya estoy retirado, a fin de rezar por todos y cada uno de ustedes; pues a pesar de no poder estar físicamente presente, pido a María Santísima que conceda la gracia de estar junto al corazón de cada uno ustedes.
Tuve conocimiento de que esta ceremonia fue realizada también para homenajearme, por mi septuagésimo octavo aniversario. Agradezco a todos esta bondad, les pido que continúen rezando por mí; ya que no quiero otra cosa sino ser fiel a la Iglesia de acuerdo con lo enseñado por mi maestro y padre espiritual Plinio Corrêa de Oliveira; resistiendo sin temor y sin duda cualquier obstáculo, a fin de hacerle bien a las almas y exaltar a nuestra Madre y Reina, María Santísima.
A ustedes todos, así como a toda mi obra de los Heraldos del Evangelio que me acompañasteis a lo largo de estos años de servicio desinteresado, a Nuestro Señor Jesucristo; que comprendisteis el carisma y la espiritualidad que nos fueron concedidos por Dios, y que os dispusisteis a luchar con ardor por el advenimiento del Reino de María, presenten las más copiosas gracias para proseguir junto con nosotros en el camino que nos llevará al triunfo de Cristo y de su Madre Santísima.
¡Amén, amén y amén!”
Cortejo de entrada de la imagen de la Virgen de Fátima en la Catedral da Sé, São Paulo. |