Fátima (www.gaudiumpress.org).-
Francisco y Jacinta Marto, los pequeños
videntes de Fátima, Portugal, a quienes se aprobó su canonización por parte del
Papa Francisco tras certificarse un milagro atribuido a su intercesión, serán
"los santos no mártires más jóvenes de la Iglesia, y nacieron aquí, en
esta diócesis", según celebró la Hna. Angela Coelho, postuladora de la
causa.
Santos Francisco y
Jacinta Marto
Si bien ya se tiene
certeza sobre la canonización de los pastorcitos, no se ha dado una
confirmación sobre la fecha de la ceremonia. "Pienso que es normal que el
Papa aproveche su ida a Fátima para presidir la canonización, es el lugar más
adecuado", indicó el Card. José Saraiva, Prefecto emérito de la
Congregación para las Causas de los Santos, según informó Alfa y Omega. Por su
parte, el Obispo de Leiria-Fátima, Mons. Antonio Augusto dos Santos Marto indicó
que esa posibilidad "sería la guinda del pastel. Todos los deseamos. Pero
el Papa es el que decide".
Uno de los obstáculos que tuvo que superar el proceso era el debate sobre si su edad les permitía la madurez suficiente para vivir las virtudes de manera consciente. Después de diez años de culminar el proceso diocesano, la Santa Sede reconoció las virtudes heroicas de los infantes, poniendo fin a la controversia.
Las reacciones de los dos videntes a las revelaciones privadas de la Santísima Virgen revelaron un carisma distinto en cada uno: Francisco desarrolló una viva sensibilidad por los agravios al corazón de Dios que lo llevaban a una oración contemplativa y a pasar horas en Adoración Eucarística. Jacinta por su parte sufrió un gran impacto al contemplar el misterio de la condenación de los pecadores y tuvo una notable compasión por ellos, ofreciendo muchos sacrificios para alcanzar su conversión, siguiendo los consejos de la Santísima Virgen.
Ambos Santos fallecieron a causa de una epidemia de gripe que les causó una neumonía y les hizo padecer el final de su vida con penalidades y aislados de su familia. Francisco murió el 04 de abril de 1919, dos días después de comulgar por última vez. Jacinta falleció el 20 de febrero de 1920 después de una recaída de la enfermedad.
Se autoriza su publicación desde que cite la fuente.
Uno de los obstáculos que tuvo que superar el proceso era el debate sobre si su edad les permitía la madurez suficiente para vivir las virtudes de manera consciente. Después de diez años de culminar el proceso diocesano, la Santa Sede reconoció las virtudes heroicas de los infantes, poniendo fin a la controversia.
Las reacciones de los dos videntes a las revelaciones privadas de la Santísima Virgen revelaron un carisma distinto en cada uno: Francisco desarrolló una viva sensibilidad por los agravios al corazón de Dios que lo llevaban a una oración contemplativa y a pasar horas en Adoración Eucarística. Jacinta por su parte sufrió un gran impacto al contemplar el misterio de la condenación de los pecadores y tuvo una notable compasión por ellos, ofreciendo muchos sacrificios para alcanzar su conversión, siguiendo los consejos de la Santísima Virgen.
Ambos Santos fallecieron a causa de una epidemia de gripe que les causó una neumonía y les hizo padecer el final de su vida con penalidades y aislados de su familia. Francisco murió el 04 de abril de 1919, dos días después de comulgar por última vez. Jacinta falleció el 20 de febrero de 1920 después de una recaída de la enfermedad.
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