jueves, 9 de agosto de 2018

Comentario al Evangelio del XIX Domingo (domingo 12 de agosto) del Tiempo Ordinario –Ciclo B- por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP*


Monseñor Joao S. Clá Dias, EP
[…] La Iglesia es llamada a imitarla
"María es mujer" eucarística "en la totalidad de su vida" - afirma San Juan Pablo II en la Encíclica Ecclesia de Eucharistia. Por eso, "la Iglesia, viendo en María su modelo, es llamada a imitarla también en su relación con este misterio santísimo". [21]
El pontífice agrega más adelante: "En cierto modo, María practicó su fe eucarística aún antes de ser instituida la Eucaristía, cuando ofreció su vientre virginal para la encarnación del Verbo de Dios. […] Y la mirada extasiada de María, cuando contemplaba el rostro de Cristo recién nacido y lo estrechaba en sus brazos, ¿no es el modelo intangible de amor que debe inspirar todas nuestras comuniones eucarísticas?” [22]

Explica también que María vivió la "dimensión sacrificial de la Eucaristía", no sólo en el Calvario, sino a lo largo de toda su existencia al lado de Cristo.
"Preparándose día a día para el Calvario, María vive una especie de" Eucaristía anticipada ", se diría una" comunión espiritual "de deseo y oferta, que tendrá su cumplimiento en la unión con el Hijo durante la Pasión y se manifestará después, en el período post-pascual, en su participación en la celebración eucarística, presidida por los apóstoles, como 'memorial' de la pasión. [23]
Por eso, vivir el memorial de la muerte de Cristo en la Eucaristía implica recibir constantemente a María como Madre. "Significa al mismo tiempo asumir el compromiso de conformarnos con Cristo, entrando en la escuela de la Madre y aceptando su compañía. María está presente - con la Iglesia y como Madre de la Iglesia - en cada una de las celebraciones eucarísticas. Si la Iglesia y la Eucaristía son un binomio indivisible, lo mismo hay que afirmar del binomio María y Eucaristía". [24]

Que estas hermosas y profundas consideraciones tan eucarísticas y marianas nos ayuden a compenetrarnos mejor de la sublimidad de este inmenso don de Dios a la humanidad y del papel de María en la devoción eucarística de los fieles, sean ellos laicos o sacerdotes.
[21] San Juan Pablo II. Ecclesia de Eucharistia, n. 53.
[22] Idem, n. 55.
[23] Idem, n. 56.
[24] Idem, n. 57.
(Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen II, Librería Editrice Vaticana)
Texto completo: Comentario al Evangelio del XIX Domingo del Tiempo Ordinario–Ciclo B-  por Mons. João ScognamiglioClá Dias, EP
*Fundador de los Heraldos del Evangelio


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