El cardenal
Daniel Sturla en la Gruta de Lourdes. Foto: Fernando Ponzetto.
El
Pais, 12 feb 2017
Devotos y peregrinos colmaron el gran templo al aire libre de la avenida Instrucciones.El tránsito de autos, ómnibus y motos se vio en la tarde ayer muy enlentecido, y hasta paralizado por minutos luego de avanzar veinte o treinta metros por la Avenida de las Instrucciones, en dirección a la calle Antillas. Decenas de vehículos circulaban a paso de hombre en dirección al portal de ingreso al parque del Santuario Nacional de la Gruta de Lourdes, en donde casi no quedaba espacio para estacionar.
Según quienes estaban atendiendo en la tienda a los fieles que buscaban velas, estampitas o estatuillas de la Virgen, en este 11 de febrero la concurrencia
superó la de otros años a lo largo de toda la jornada, pero sobremanera en la tarde, cuando los creyentes y quienes buscan la fe se acercaron a la misa prevista para las 17:00 horas, que presidió monseñor Milton Tróccoli, y terminó postergándose media hora a fin de darle tiempo a la gente que estaba en camino.
Ofrendas.
La fiesta de la Virgen de Lourdes se había iniciado a las 10:00 horas con la misa presidida por el cardenal Daniel Sturla. Para el evento, la Iglesia invitó también, desde días antes, a la Jornada Mundial del enfermo, que este año tuvo por lema: "El asombro ante las obras que Dios realiza".
La gruta permaneció abierta de 8:00 a 20:00 horas, recibiendo no solo a quienes participaron de la misa sino a los que exclusivamente fueron a dejar flores y otras ofrendas a la Virgen de Lourdes (una de las advocaciones de la Virgen María más veneradas del mundo), a Bernardette (la joven ante la cual la Virgen hizo varias apariciones desde el 11 de febrero de 1858) y también al Cristo de la Cruz del Calvario, que bendijo monseñor Barbieri hace 60 años, y es obra del artista uruguayo Benjamín Deminco, con sus pies que se alargan y se inclinan hacia la tierra.Para llegar a ella, las filas de devotos, solos o en familia, se mantuvieron a lo largo de toda la jornada de ayer. Como siempre pasa, las colas resultaron inevitables para todos quienes deseaban llegar hasta Cristo y tocar sus pies.
Devotos y peregrinos colmaron el gran templo al aire libre de la avenida Instrucciones.El tránsito de autos, ómnibus y motos se vio en la tarde ayer muy enlentecido, y hasta paralizado por minutos luego de avanzar veinte o treinta metros por la Avenida de las Instrucciones, en dirección a la calle Antillas. Decenas de vehículos circulaban a paso de hombre en dirección al portal de ingreso al parque del Santuario Nacional de la Gruta de Lourdes, en donde casi no quedaba espacio para estacionar.
Según quienes estaban atendiendo en la tienda a los fieles que buscaban velas, estampitas o estatuillas de la Virgen, en este 11 de febrero la concurrencia
superó la de otros años a lo largo de toda la jornada, pero sobremanera en la tarde, cuando los creyentes y quienes buscan la fe se acercaron a la misa prevista para las 17:00 horas, que presidió monseñor Milton Tróccoli, y terminó postergándose media hora a fin de darle tiempo a la gente que estaba en camino.
Ofrendas.
La fiesta de la Virgen de Lourdes se había iniciado a las 10:00 horas con la misa presidida por el cardenal Daniel Sturla. Para el evento, la Iglesia invitó también, desde días antes, a la Jornada Mundial del enfermo, que este año tuvo por lema: "El asombro ante las obras que Dios realiza".
La gruta permaneció abierta de 8:00 a 20:00 horas, recibiendo no solo a quienes participaron de la misa sino a los que exclusivamente fueron a dejar flores y otras ofrendas a la Virgen de Lourdes (una de las advocaciones de la Virgen María más veneradas del mundo), a Bernardette (la joven ante la cual la Virgen hizo varias apariciones desde el 11 de febrero de 1858) y también al Cristo de la Cruz del Calvario, que bendijo monseñor Barbieri hace 60 años, y es obra del artista uruguayo Benjamín Deminco, con sus pies que se alargan y se inclinan hacia la tierra.Para llegar a ella, las filas de devotos, solos o en familia, se mantuvieron a lo largo de toda la jornada de ayer. Como siempre pasa, las colas resultaron inevitables para todos quienes deseaban llegar hasta Cristo y tocar sus pies.
(Foto Iglesia Católica Montevideo/Facebook)
Otros ascendían sin tener que aguardar tanto, para encender velas en el espacio
especialmente asignado. "El rostro (de ese Cristo) no es trágico sino sereno, mira a sus semejantes en un mensaje de paz", había sostenido su propio escultor, y esa paz era lo que proyectaban ayer los rostros de los presentes. [...]
No hay comentarios:
Publicar un comentario