por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP
[...] Castigo a la ambición y a la envidia
El castigo de Dios a la ambición y la envidia se presenta no sólo en la eternidad, sino también en esta vida. Quien se deja arrastrar por estos vicios, pierde la noción del verdadero reposo y pasa a vivir constantemente en la preocupación, en la inquietud y en la ansiedad. Siempre estará atormentado por el pavor de quedar al margen, se ser olvidado, igualado o superado. Su existencia será un infierno anticipado y esas pasiones serán sus propios verdugos.
Al contrario, cuánta felicidad, paz y dulzura tienen las almas que son desprendidas, reconocedoras de los bienes y de las cualidades ajenas, reconocedoras que Dios es quien concede todos los dones.
Entremos en la escuela de la Santísima Virgen María, y aprendamos de Ella en agradecer a Dios nuestro ser, nuestra familia y todos nuestros haberes. Ella nos enseñará a glorificar al Señor por haber contemplado nuestro nada y, como resultado, nuestro espíritu exultará de alegría (Lc 1, 47), a ejemplo de su primer discípulo, San Juan Bautista.
[...] Castigo a la ambición y a la envidia
El castigo de Dios a la ambición y la envidia se presenta no sólo en la eternidad, sino también en esta vida. Quien se deja arrastrar por estos vicios, pierde la noción del verdadero reposo y pasa a vivir constantemente en la preocupación, en la inquietud y en la ansiedad. Siempre estará atormentado por el pavor de quedar al margen, se ser olvidado, igualado o superado. Su existencia será un infierno anticipado y esas pasiones serán sus propios verdugos.
Al contrario, cuánta felicidad, paz y dulzura tienen las almas que son desprendidas, reconocedoras de los bienes y de las cualidades ajenas, reconocedoras que Dios es quien concede todos los dones.
Entremos en la escuela de la Santísima Virgen María, y aprendamos de Ella en agradecer a Dios nuestro ser, nuestra familia y todos nuestros haberes. Ella nos enseñará a glorificar al Señor por haber contemplado nuestro nada y, como resultado, nuestro espíritu exultará de alegría (Lc 1, 47), a ejemplo de su primer discípulo, San Juan Bautista.
(CLA DIAS EP, Mons. João Scognamiglio in
“Lo inédito sobre los Evangelios” Vol. 1 Librería Editrice Vaticana)
Se autoriza la publicación citando al autor.
Texto completo: http://caballerosdelavirgen.org/evangelio-comentado/comentario-al-evangelio-del-ii-domingo-de-tiempo-ordinario-el-precursor-y-la-retribucion
Se autoriza la publicación citando al autor.
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