El Consejo de Estado de Francia
acaba de zanjar un debate que pone de manifiesto las contradicciones del
laicismo francés desde hace décadas, al permitir pesebres navideños en lugares
y edificios públicos siempre y cuando su instalación tenga un carácter
decorativo y no proselitista.
Para la máxima instancia administrativa gala, el Pesebre no solo es un símbolo
religioso, sino también una decoración que, como los árboles de Navidad o las
guirnaldas, "acompaña tradicionalmente las fiestas de fin de año".
Su instalación en el interior de cualquier edificio o sede de un colectivo o de
un servicio público no será posible si no tiene un carácter "cultural,
artístico o festivo", por respeto al principio de neutralidad del Estado.
En el resto de espacios públicos, será legal si no busca reivindicar una
opinión religiosa, por lo que por ejemplo estará permitido en las plazas de las
Intendencias y Alcaldías si nadie reparte folletos religiosos al lado, explicó
a EFE una portavoz del organismo.
Con su veredicto,
el Consejo se posicionó en la línea expresada por la ponente
pública Aurélie Bretonneau, que el pasado 21 de octubre le presentó sus
conclusiones en un informe al respecto y se mostró en contra de toda
prohibición sistemática.
Aunque no hay estadísticas actuales de la instalación de pesebres en los
espacios públicos, las cifras conocidas en las zonas rurales no son
"anecdóticas", sobre todo en el sureste, este y norte del país,
explicó Bretonneau en sus conclusiones.
Y aunque esta práctica parece menos frecuente en las grandes ciudades, en
París, por ejemplo, se puso un Pesebre en la plaza de la Alcaldía cada Navidad entre 1985 y principios
de los años 2000, y un "nacimiento" monumental ocupó el patio del
consistorio de Avignon desde 1999 hasta mediados de la década de 2000.
Lo cierto es que con el tiempo, las estatuillas de Jesús, María y José han pasado a ser, para
muchos, un elemento decorativo de las fiestas navideñas, más que un símbolo
religioso, sin por ello dejar de ser esto último.[...]
Lejos también de la polémica, los días festivos nacionales de origen religioso
fueron mantenidos por la ley de 1905, por lo que un país que cuestiona la
iconografía navideña en nombre del laicismo, tiene como festivos el lunes de
Pascua, la Ascensión, Pentecostés, la Asunción y el propio 25 de diciembre.
La decisión salomónica de hoy, mientras tanto, ha parecido contentar a la
Conferencia episcopal, que sostiene que siempre ha visto en los Pesebres un
símbolo tanto religioso como cultural, pero que recuerda que los desafíos
actuales de la sociedad "sobrepasan" ampliamente la cuestión de la
presencia de los Pesebres.
Fuente: www.efe.com
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