martes, 15 de noviembre de 2016

En Florida el cardenal Daniel Sturla cierra el Año de la Misericordia y homenajea a la Virgen de los Treinta y Tres

Fue clausurado este domingo el Año Santo de la Misericordia con una Misa en la que participaron más de 7000 peregrinos que llegaron desde todos los rincones del país al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres, para homenajear a la Patrona de la Patria.
La multitudinaria Misa estuvo presidida por el Cardenal Daniel Sturla, Arzobispo de Montevideo, y concelebrada por todos los obispos, decenas de sacerdotes y diáconos.
En su homilía, el Cardenal Sturla resaltó la cantidad de obras de misericordia realizadas durante este Año Santo y llamó a construir fraternidad en una sociedad fragmentada. Subrayó, asimismo, que la Patria nació católica “de la mano de María” y lleva 400 años de presencia ininterrumpida en nuestra tierra.
Muy temprano llegaron a Florida peregrinos que salieron desde sus localidades hace 3 días, a pie y a caballo, para rendir tributo a la Patrona de la Patria. Este año se sumaron muchos jóvenes de Montevideo que peregrinaron varios kilómetros para llegar hoy a saludar a la Virgen de los Treinta y Tres.
Al inicio de su homilía, el Cardenal recordó cuántas obras de misericordia se han realizado durante el Año santo convocado por el Papa Francisco. “Podríamos traer al altar todas las obras de misericordia que hemos realizado a lo largo del año: visitas a los hospitales y a las cárceles, el acompañamiento a los enfermos, tantos servicios a los que más nos necesitan, de los que llevan el Evangelio como hace siempre la Iglesia, de llevar una mano tendida, dignificar a la persona y decirle que es un hijo de Dios y que por eso está llamado a una vida digna”.  Sturla destacó también la obra que realizan muchos jóvenes que de noche rezan, preparan una olla de comida y llevan el alimento a los que están en situación de calle. El Arzobispo de Montevideo destacó que la realización de esas obras misericordiosas permitieron vivir literalmente el Evangelio y aseguró que “nos ha renovado”.
El Cardenal subrayó que no solamente “hemos tratado de ser misericordiosos como el Padre”, sino que “el Señor nos ha misericordiado” ya que “hemos ido una y otra vez a celebrar el sacramento de la reconciliación, hemos perdido perdón por nuestros pecados y hemos recibido el don de su Gracia que supera ampliamente nuestras faltas”. “Esta Gracia no es solo para nosotros que creemos en Dios, que pertenecemos a la Iglesia, Pueblo Santo suyo, sino que queremos que toque a todo el Uruguay”, puntualizó.
400 AÑOS DE PRESENCIA DE LA IGLESIA EN URUGUAY

En su prédica, el Cardenal recordó que “cuando hace 500 años, en 1516, llegaron los primeros cristianos a esta tierra, el primer nombre que pusieron a un accidente geográfico de lo que es el Uruguay fue Purísimo y Dulce de María Cabo de Santa María, y después Bahía de Nuestra Señora de la Candelaria”. Por lo tanto, “podemos decir que el bautismo de nuestra tierra está dado por el nombre de la Santísima Virgen”, enfatizó ante el aplauso de los peregrinos. “La Virgen nos ha primeriado, se nos ha adelantado”, dijo el Cardenal al tiempo que explicó que fue “100 años después, o sea, hace 400 años, que los misioneros pudieron llegar a nuestra tierra y encontrarse con sus habitantes, predicar el Evangelio, ayudarlos a cultivar la tierra, a enseñarles las primeras letras”. “Fue el tañido de las campanas y el nombre de Jesucristo unido al de su Madre Santísima, el primer nombre que nuestros indios pronunciaron”. Recordó, asimismo, que los “misioneros intrépidos” dominicos, franciscanos, mercedarios, jesuitas, fueron “llenando nuestra tierra de Evangelio”. Citando al Papa Juan Pablo II durante su visita a Uruguay, el Arzobispo de Montevideo reiteró que esta Patria “nació católica” de la mano de María.
“Dentro de poco vamos a celebrar los 200 años de que en este lugar, en la Villa de San Fernando de la Florida, el gobierno instalado el 14 de junio y luego la sala de representantes de los pueblos de la provincia el 25 de agosto, al declarar la independencia, pusieron la patria naciente a los pies de esa imagencita de la Virgen de Luján del Pintado que luego el pueblo le dio el nombre, uniendo la gesta de los Treinta y Tres a la misma”, señaló el Cardenal. Recordó, en este sentido, que ante esa imagen de la Virgen se inclinó la bandera de Libertad o Muerte y comenzó a ser llamada Virgen de los Treinta y Tres. “Por eso nosotros damos gracias a Dios. La sentimos cerca con los colores de la Patria”, dijo.



Fuente: www.iglesiacatolica.org.uy

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