El último decreto del cardenal Braz de Aviz revela una vez más su animosidad hacia la asociación. ¿Cuál es su causa?
Redacción (07/09/2021, Gaudium Press) Como ya ha sido ampliamente divulgado, los Heraldos del Evangelio recibieron una visita apostólica en los años 2017-2019 cuyos resultados fueron favorables a la asociación privada de fieles, sin implicar cualquier razón plausible para la conducción de un comisariado. Sin embargo, por iniciativa de sede no competente, esto es, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, se puso en marcha el comisariado, con especial participación de su prefecto, el Cardenal João Braz de Aviz, conocido antípoda de la institución.El comisario designado, Cardenal Raymundo Damasceno Assis,
estaba conduciendo el comisariado de modo tranquilo, incluso considerando el
conturbado período de pandemia. En efecto, las noticias indicaban que los
Heraldos del Evangelio continuaban con las mismas actividades de siempre,
acrecentadas con la ayuda en la distribución de alimentos a familias afectadas
por la pandemia.
En ese ínterin, es sabido que la campaña anti-Heraldos
continuaba por internet. Al mismo tiempo, las investigaciones al respecto de
las alegaciones divulgadas por los medios continuaron su curso. Pues bien, la
oficina de prensa de los Heraldos nos informó que todas las denuncias escrutadas
por la justicia civil, ya sea en Brasil o en el exterior, hasta ahora
resultaron improcedentes, es decir, a favor de la asociación. De hecho, la tan
publicitada investigación por parte del Ministerio Público fue archivada el
pasado 26 de agosto, “pues – menciona la nota aclaratoria de la asociación –
los hechos no fueron probados, como no podrían serlo, ya que no ocurrieron”.
Los padres y tutores conocen los hechos
Ahora ya ha sido noticiado un decreto del 22 de junio de
2021 de elaboración del Card. Braz de Aviz, que supuestamente cerraría los
colegios fundados por inspiración de los Heraldos del Evangelio y dirigidos por
un conjunto de padres y responsables. La entidad explica que tal determinación no es
aplicable por ninguna autoridad eclesiástica, sino por “organismos vinculados al
Ministerio de Educación, Secretarías de Educación Estatales o Municipales,
previo debido proceso legal”. Además, la asociación explica que la decisión de
acoger a menores compete primordialmente a los padres y / o responsables.
El hecho es que el decreto alega que los alumnos no tendrían suficiente contacto con sus padres. Sin embargo, los Heraldos del Evangelio informan que se recogieron 2.583 (dos mil quinientas ochenta y tres) firmas de los legítimos padres o responsables de los alumnos, quienes, con conocimiento de causa, no se sienten representados en la referida decisión. En efecto, las comunicaciones desfavorables que supuestamente habrían llegado a la mesa del Cardenal ciertamente no provienen de los auténticos padres, ya que su totalidad apoya la permanencia de sus hijos en la institución.
¿Con qué derecho?
El decreto menciona, en efecto, la anómala privación de
libertad de los estudiantes para eventualmente permanecer en las residencias de
la entidad. Los Heraldos, por su parte, comunican que el decreto atropella uno
de los más sagrados derechos naturales, esto es, el derecho y deber de los
padres de educar a su prole de acuerdo con sus propias convicciones; hiere el
derecho civil, que tutela el ordenamiento de la educación básica; e infringe
frontalmente el propio Derecho Canónico (en particular el Cann. 50) y el
acuerdo Brasil-Santa Sede, además del sentido común.
¿Una aberración jurídica histórica?
Desde los primeros estruendos mediáticos contra los Heraldos
del Evangelio hasta hoy, la congregación encabezada por el Cardenal Braz de
Aviz no ha realizado cualquier tipo de investigación. Según nuestras fuentes,
fueron realizadas investigaciones internas independientes por parte de los
propios Heraldos a fin de averiguar la realidad de los hechos. Pues bien, todas
las alegaciones se revelaron fraudulentas, ya que efectivamente fueron
realizadas de manera coordinada por un grupo malhechor, mediante la obtención
de ventajas económicas (coimas). Por otra parte, el propio poder civil concluyó
que las acusaciones carecían de fundamento, inclusive en algunos casos
revirtiendo en proceso judicial contra los calumniadores.
Pues bien, si se confirma la aplicación del decreto, se
estaría ante una de las mayores aberraciones jurídicas de la historia
eclesiástica. En efecto, el pasado lamentablemente atestigua el hecho de que el
poder civil persiguió y aún persigue a la Iglesia en muchas partes del mundo.
Por otro lado, en ciertas ocasiones, el mismo poder civil se alió con sectores
de la propia Iglesia para perseguir a inocentes, como en el infame juicio de
Santa Juana de Arco. Sin embargo, nunca se ha escuchado que la Iglesia (o un
sector de ella) haya declarado una sanción a un organismo eclesiástico,
¡incluso cuando el poder público ha declarado su inocencia!
En el célebre escándalo mediático contra la Escola Base en São Paulo en 1994, el caso más conocido de fake news en Brasil, el comisario de policía, cuando se le preguntó cuáles serían las pruebas contra los dueños de la escuela, respondió: “La investigación es la prueba”. Bueno, en el caso de los Heraldos, ni siquiera hay una investigación y aun así, ¡se impone una sanción!
Rígidamente contra la rigidez
De hecho, según nuestras fuentes, el Cardenal Braz de Aviz,
en misiva enviada al Cardenal Damasceno el 16 de febrero de 2021, solicita que
cesen los procesos judiciales movidos por los padres de los adolescentes
Heraldos contra los calumniadores. Ahora bien, si esto es cierto – y todo
indica que lo es –, eso sin duda revela un juicio por lo menos unilateral por
parte del cardenal brasileño. En realidad, de lo que los padres oídos por
nuestra reportería se quejan no es la falta de contacto con sus hijos, sino un contacto
con el propio Cardenal, el cual, durante varios años, siempre se recusó en
atenderlos.
En cualquier caso, incluso si la disciplina en los Heraldos
del Evangelio no está de acuerdo con los deseos del Cardenal Braz de Aviz
(según él, “excesivamente rígida”), cabe preguntarse por qué los Proverbios
(23, 13) interpelan: “No vaciles en corregir a un niño”. Más bien, es necesario
preguntarse: ¿por qué será que él tiene todo ese mal humor contra la
disciplina? ¿Será para proteger a sacerdotes corruptos con niños, como él mismo admitió haber hecho en el pasado? Como dijo San Pablo a Tito (1,15): “Todo es puro
para los puros”. Ya para los impuros…
Por Saúl Castiblanco
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Ver también:
NOTA DE PRENSA - Colegio Heraldos del Evangelio
Canonista señala errores en decreto de Cardenal Braz de Aviz contra Heraldos delEvangelio - Marco Tosatti ha publicado una carta de José Manuel Jiménez Aleixandre, canonista y miembro de los Heraldos.
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