“El pasado 7 de febrero salió en el semanario Búsqueda una nota de Juan Pablo Mosteiro, que recoge varias declaraciones del consejero de Primaria el maestro
Pablo Caggiani. En la primera parte, Mosteiro cita palabras de Caggiani en el
acto en que se presentó oficialmente el Programa Educativo de Verano. El título
y subtítulo de Búsqueda reproducen frases textuales de Caggiani y, no pueden
dejar de leerse la intención despectiva que transmiten sus palabras: ‘La
educación segregada es el refugio conservador que reacciona ante los derechos
de género’.
Pues bien,
cada palabra o sintagma tienen una carga que no dejan pasivo a quien lo escucha o lee. Educación segregada, segregación de por sí ya es un concepto negativo, sobre todo en una sociedad en la que las palabras integración y equidad se repiten en los labios de todo el que tiene un micrófono adelante; más allá de la fragmentación real y la segregación real que vivimos en la sociedad.
Caggiani lo utiliza en este caso, referido a una educación que tiene una propuesta diversa para niños y otra para niñas, como sucede por ejemplo en Los Pinos, de Casavalle.
El mismo consejero en su cuenta personal de Twitter, lo había escrito el 8 de abril: ‘Alguien lo tiene que decir, iniciativas como Los Pinos del Opus Dei deben estar prohibidas. No acepto que en 2017 se separen niñas y varones’.
Como también parece estar de moda pegarle a la Iglesia católica, el consejero le sigue diciendo a Búsqueda: ‘La separación por género es una rémora de la Iglesia católica, por una Bula papal, que quedó derogada hace 40 años’.
Continúa el consejero de Primaria, hermano del diputado frenteamplista Daniel Caggiani: ‘La educación segregada es el refugio del sector conservador ante los avances de derechos para construir equidad de género. ¿Por qué separar hoy niños y niñas? No parece razonable’.
El discurso oficial grita a todos vientos ¡equidad, diversidad, tolerancia! pero si alguien llega a pensar distinto, caen sobre él todas las penas de ser un refugio conservador y reaccionario, como lo dice el consejero Caggiani.
Después, el mismo maestro matiza su discurso: ‘no es que esté todo mal con estas experiencias en Casavalle. No cuestiono a Pablo Bartol (director de Los Pinos) ni lo que hace. Digo que estos centros educativos de gestión privada no son alternativas reales a la enseñanza pública: no son ‘El’ modelo’. Caggiani dice que hay un movimiento cada vez más fuerte por la educación segregada en países como España, Alemania, Estados Unidos e Inglaterra’.
¿No puede acaso pensar, el consejero Caggiani que detrás de lo que él llama segregación, hay otros elementos que no son sólo el refugio conservador que reacciona contra los derechos de género? Supongo que un maestro que se precie de tal, debe estudiar psicología evolutiva, donde resalta en los títulos de todo manual que la maduración biológica, afectiva y la evolución cognitiva de un niño no se da en los mismos tiempos que en una niña. Verdad ésta que constatan todos los psicólogos infantiles y los pedagogos.
¿No se le ocurre al maestro Caggiani que, si la maduración biológica, afectiva y cognitiva de un niño lleva tiempos distintos que los de una niña, los proyectos que atienden específicamente niños por un lado, y niñas por otro, pueden estar atendiendo a esta diversidad de los procesos de maduración?
Como lo decía anteriormente, se grita diversidad pero, si a alguien se le
ocurre una diversidad no oficialista, se lo condena.
Por otra parte creo, que la sociedad espera que de los consejeros -nada menos que de Educación- surjan los consejos que ayuden a una reflexión sana, basada en argumentos razonados.
Frente a la propuesta del economista Ernesto Talvi, que hace tiempo viene estudiando y planteando propuestas para la educación y evaluando racionalmente y con números probados, el estado y la evolución de la educación en el país, la respuesta de Caggiani: ‘es la misma idea que instaló Pinochet en Chile, y que aplicaron algunos estados brasileños.
El padre Daniel reflexiona: ¿A quién se le escapa que nombrar a Pinochet es algo que genera un repudio automático? Entonces el consejero, que debería aconsejar, lo primero que hace en frente a una propuesta diferente –en este caso la del economista Talvi- es despertar el repudio, como lo de Pinochet, lo cual naturalmente, no permite seguir un razonamiento que se base en argumentos.
El consejero Caggiani ignora que José Pedro Varela hizo la reforma escolar, de la que muchos maestros se sienten orgullosos, bajo la dictadura del coronel Lorenzo Latorre.
El vicario pastoral de Montevideo concluye: La educación es demasiado importante, particularmente en la actual situación del país, como para dejarse llevar por impulsos que descalifican, que segregan al que piensa diferente y que no escuchan la voz de quienes pueden aportar”.
Pues bien,
cada palabra o sintagma tienen una carga que no dejan pasivo a quien lo escucha o lee. Educación segregada, segregación de por sí ya es un concepto negativo, sobre todo en una sociedad en la que las palabras integración y equidad se repiten en los labios de todo el que tiene un micrófono adelante; más allá de la fragmentación real y la segregación real que vivimos en la sociedad.
Caggiani lo utiliza en este caso, referido a una educación que tiene una propuesta diversa para niños y otra para niñas, como sucede por ejemplo en Los Pinos, de Casavalle.
El mismo consejero en su cuenta personal de Twitter, lo había escrito el 8 de abril: ‘Alguien lo tiene que decir, iniciativas como Los Pinos del Opus Dei deben estar prohibidas. No acepto que en 2017 se separen niñas y varones’.
Como también parece estar de moda pegarle a la Iglesia católica, el consejero le sigue diciendo a Búsqueda: ‘La separación por género es una rémora de la Iglesia católica, por una Bula papal, que quedó derogada hace 40 años’.
Continúa el consejero de Primaria, hermano del diputado frenteamplista Daniel Caggiani: ‘La educación segregada es el refugio del sector conservador ante los avances de derechos para construir equidad de género. ¿Por qué separar hoy niños y niñas? No parece razonable’.
El discurso oficial grita a todos vientos ¡equidad, diversidad, tolerancia! pero si alguien llega a pensar distinto, caen sobre él todas las penas de ser un refugio conservador y reaccionario, como lo dice el consejero Caggiani.
Después, el mismo maestro matiza su discurso: ‘no es que esté todo mal con estas experiencias en Casavalle. No cuestiono a Pablo Bartol (director de Los Pinos) ni lo que hace. Digo que estos centros educativos de gestión privada no son alternativas reales a la enseñanza pública: no son ‘El’ modelo’. Caggiani dice que hay un movimiento cada vez más fuerte por la educación segregada en países como España, Alemania, Estados Unidos e Inglaterra’.
¿No puede acaso pensar, el consejero Caggiani que detrás de lo que él llama segregación, hay otros elementos que no son sólo el refugio conservador que reacciona contra los derechos de género? Supongo que un maestro que se precie de tal, debe estudiar psicología evolutiva, donde resalta en los títulos de todo manual que la maduración biológica, afectiva y la evolución cognitiva de un niño no se da en los mismos tiempos que en una niña. Verdad ésta que constatan todos los psicólogos infantiles y los pedagogos.
¿No se le ocurre al maestro Caggiani que, si la maduración biológica, afectiva y cognitiva de un niño lleva tiempos distintos que los de una niña, los proyectos que atienden específicamente niños por un lado, y niñas por otro, pueden estar atendiendo a esta diversidad de los procesos de maduración?
Centro educativo "Los Pinos", Casavalle, Montevideo. |
Por otra parte creo, que la sociedad espera que de los consejeros -nada menos que de Educación- surjan los consejos que ayuden a una reflexión sana, basada en argumentos razonados.
Frente a la propuesta del economista Ernesto Talvi, que hace tiempo viene estudiando y planteando propuestas para la educación y evaluando racionalmente y con números probados, el estado y la evolución de la educación en el país, la respuesta de Caggiani: ‘es la misma idea que instaló Pinochet en Chile, y que aplicaron algunos estados brasileños.
El padre Daniel reflexiona: ¿A quién se le escapa que nombrar a Pinochet es algo que genera un repudio automático? Entonces el consejero, que debería aconsejar, lo primero que hace en frente a una propuesta diferente –en este caso la del economista Talvi- es despertar el repudio, como lo de Pinochet, lo cual naturalmente, no permite seguir un razonamiento que se base en argumentos.
El consejero Caggiani ignora que José Pedro Varela hizo la reforma escolar, de la que muchos maestros se sienten orgullosos, bajo la dictadura del coronel Lorenzo Latorre.
El vicario pastoral de Montevideo concluye: La educación es demasiado importante, particularmente en la actual situación del país, como para dejarse llevar por impulsos que descalifican, que segregan al que piensa diferente y que no escuchan la voz de quienes pueden aportar”.