“Cobrar
al grito es una expresión de nuestras canchas de fútbol”, comenzó el Cardenal
Daniel Sturla en su audición de los viernes en Radio Oriental. Esta semana, dedicó su
intervención a la relación entre la libertad y la capacidad de pensar por sí
mismo, dos cualidades que están muy unidas entre sí. Al final se refirió a
algunos ataques que recibió en los últimos días.
“La gente aspira a pensar por sí misma y no por lo que otros le dicen, menos
aún por lo que otros gritan, sino a tener convicciones basadas en el
razonamiento, la educación, la mirada de la realidad. Esto, ojalá, siempre es
con la pretensión de que realmente podemos llegar a conocer lo verdadero,
aquello por lo que verdaderamente vale jugarse la vida”, explicó el Cardenal. Y
agregó: “Para nosotros, cristianos, esto está unido a una percepción de que con
la razón podemos llegar a conocer la verdad, conocer a Dios, si bien es un Dios
que se nos ha manifestado”.
“Pensar por sí mismo es algo fundamental para el ser humano, que es la
libertad. Esa palabra tiene un sentido profundo para los orientales (…). En la
tradición cristiana tiene a su vez la fuerza de ser un atributo dado por Dios a
los seres humanos, es el que más nos asemeja a su divina naturaleza. Es decir,
cuanto más libres somos, más vivimos esa realidad de criaturas hechas a imagen
y semejanza de Dios”, prosiguió el Cardenal, que citó frases de Don Quijote de
la Mancha y de la Divina Comedia, donde los autores se refieren al valor de la
libertad para la naturaleza humana. Agregó que también Jesús habló del tema,
cuando dijo que “la verdad os hará libres”.
“Ser libres y pensar por sí mismos están muy unidos. Si no, la libertad se
puede transformar en capricho o en una libertad falsa donde se sigue a la
barra, al grupo hegemónico o a los que me empujan. En realidad, ser libre
significa que pienso y decido, tomo mis propias decisiones, tengo una moral
propia”, abundó.
El Cardenal citó frases de Benedicto XVI al respecto y luego hizo foco en la
importancia que tienen para la construcción de una sociedad democrática estas
dos capacidades: la libertad y pensar por uno mismo.
“En una sociedad democrática, qué importante es también esto: el pensar por sí
mismo, saber tomar decisiones libres y correctas, que tienen que ver con un
descubrimiento de lo que vale la pena desde el punto de vista moral, y el
respeto al otro: yo podré discrepar con él, tener diferentes posturas. Pero
trato de pensar por mí mismo y ver por qué el otro piensa de esa manera. Lo
contrario es adjudicarle malas intenciones, tergiversar lo que dice y por lo
tanto no escucharlo y guiarme por las palabras sueltas que salen, y peor aún,
dejar de lado los argumentos e ir al insulto. Así el otro es un enemigo, no un
adversario. No dialogo con él ni trato de confrontar legítimamente con él, sino
que caigo en la denostación, el insulto. Caigo en sacarlo fuera del juego
solamente porque no me gusta o porque el grupo o el pensamiento hegemónico lo
consideran fuera de lugar y yo me uno. Cobro al grito”.
Tras esta reflexión, indicó que esta semana, tras sus declaraciones en el Rosario de las Familias sobrela ideología de género y el aborto, “cayeron” sobre él “una serie de
consideraciones”: “Mucha de las cuales no van hacia lo que dije sino hacia lo
que otros interpretan que dije”, aclaró.
El Cardenal no se refirió directamente a ninguno de estos comentarios. Tal vez
el más sonado fue el de la presidenta de la Red Uruguaya contra la Violencia
Doméstica, Teresa Herrera, quien declaró a Subrayado que las palabras del Card. son “una forma elegante
de marginalizar a las mujeres” y que se oponen a las políticas de equidad de
género que intentan evitar casos de violencia doméstica.
Lo que sí hizo el Arzobispo fue citar una columna publicada el jueves 1° en el diario El País,escrita por Gerardo Sotelo, quien “invita a que cada uno, desde su postura,
pueda discutir y discrepar”. Y agregó el Card. Sturla: “Eso es lo propio de la
sociedad plural, laica, democrática, de hombres y mujeres que piensan por su
propia cabeza, que toman sus propias decisiones morales, en la búsqueda de lo
que es más noble, verdadero y justo”.
Antes de concluir, el Arzobispo de Montevideo citó unas frases de ese texto de
Sotelo: “Una agenda, por eso mismo, discutible y controversial. Su planteo de
fondo, en cambio, debería despertar la conciencia laica y progresista de la
mayoría del pueblo uruguayo, católico o no, que ya empieza a cansarse”. Y el
Card. Sturla agregó: “Sí, a cansarse de que nos estemos ‘dando por la cabeza’
en lugar de llegar a dialogar, a discrepar, a buscar la verdad”.