Una vía segura para la salvación eterna
Los siervos fieles pasaron todo el período de ausencia del señor sirviéndolo con seriedad y suspirando por su retorno. Al oír que él llega y los llama, van rápidamente a su encuentro. El siervo perezoso, al contrario, lo acusa de injusto. Su actitud se erige, de este modo, en paradigma del comportamiento de los pecadores que procuran justificar sus faltas, atribuyendo a Dios la causa de las mismas.
[...] V- Medita en tus Novísimos
Meditar sobre la parábola de los talentos nos lleva, como vimos, a reflexionar al respecto de la seriedad con que debemos conducir todas nuestras acciones. Salta a los ojos como esto nos trae beneficios extraordinarios.
En esta parábola, Nuestro Señor Jesucristo no enseña también a no apropiarnos jamás de nada. Trátese de un don gratuito, o de un beneficio conquistado por el propio esfuerzo, todo es de Dios; de Él recibimos todo y a Él pertenece todo cuánto hacemos, porque hasta nuestras capacidades personales y nuestro propio trabajo fueron creados para su gloria.
La parábola de los talentos nos invita mucho también, a dirigir constantemente la mirada hacia nuestro último fin, que es Dios, al igual que para el día en que seamos juzgados por Él. “En todas tus obras recuérdate de tus Novísimos, y nunca jamás pecarás” (Ecl 7, 40), dice la Sagrada Escritura. ¡Si procedemos así, habremos abrazado una vía segura para nuestra salvación eterna! [1]
[1] Una viva descripción de Santa Teresa de Jesús acerca de los tormentos reservados para ella en el infierno, en caso de haberse condenado, podemos encontrarla en: SANTA TERESA DE JESUS. Libro de la vida. C.XXXII. In: Obras Completas. Burgos: El Monte Carmelo, 1915, t.I, p.263-266.
(Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen I, Librería Editrice Vaticana).
Texto completo en: Comentario al Evangelio del XXXIII Domingo del T.O. (domingo 19 de noviembre) – Ciclo A, por Mons. João S. Clá Dias, EP
Los siervos fieles pasaron todo el período de ausencia del señor sirviéndolo con seriedad y suspirando por su retorno. Al oír que él llega y los llama, van rápidamente a su encuentro. El siervo perezoso, al contrario, lo acusa de injusto. Su actitud se erige, de este modo, en paradigma del comportamiento de los pecadores que procuran justificar sus faltas, atribuyendo a Dios la causa de las mismas.
[...] V- Medita en tus Novísimos
Meditar sobre la parábola de los talentos nos lleva, como vimos, a reflexionar al respecto de la seriedad con que debemos conducir todas nuestras acciones. Salta a los ojos como esto nos trae beneficios extraordinarios.
En esta parábola, Nuestro Señor Jesucristo no enseña también a no apropiarnos jamás de nada. Trátese de un don gratuito, o de un beneficio conquistado por el propio esfuerzo, todo es de Dios; de Él recibimos todo y a Él pertenece todo cuánto hacemos, porque hasta nuestras capacidades personales y nuestro propio trabajo fueron creados para su gloria.
La parábola de los talentos nos invita mucho también, a dirigir constantemente la mirada hacia nuestro último fin, que es Dios, al igual que para el día en que seamos juzgados por Él. “En todas tus obras recuérdate de tus Novísimos, y nunca jamás pecarás” (Ecl 7, 40), dice la Sagrada Escritura. ¡Si procedemos así, habremos abrazado una vía segura para nuestra salvación eterna! [1]
[1] Una viva descripción de Santa Teresa de Jesús acerca de los tormentos reservados para ella en el infierno, en caso de haberse condenado, podemos encontrarla en: SANTA TERESA DE JESUS. Libro de la vida. C.XXXII. In: Obras Completas. Burgos: El Monte Carmelo, 1915, t.I, p.263-266.
(Monseñor João Scognamiglio Clá Dias, EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Volumen I, Librería Editrice Vaticana).
Texto completo en: Comentario al Evangelio del XXXIII Domingo del T.O. (domingo 19 de noviembre) – Ciclo A, por Mons. João S. Clá Dias, EP