sábado, 10 de junio de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO - Solemnidad de la Santísima Trinidad

por Monseñor João Scognamiglio Clá Dias EP
[...] NO BASTA LA FE, ES NECESARIO DAR TESTIMONIO
Creer significa traducir a la propia vida aquello en lo que se creyó. Por consiguiente, es indispensable que de nuestra parte exista esa creencia en Jesucristo, no de manera etérea, sino de acuerdo con el momento histórico actual.
Y como a lo largo de los siglos el mal se presenta bajo nuevos aspectos, tenemos la obligación de manifestar la fe en Cristo de modo conveniente a la situación en que vivimos. En los primeros tiempos del cristianismo los fieles se sentían conducidos por el soplo del Espíritu Santo, hasta tal punto que estaban dispuestos a entregar todo cuanto poseían, como se narra en los Hechos de los Apóstoles (cf. Hch 2, 44-46). Distinta fue la época de las persecuciones, en que los cristianos, embriagados por la idea de la Muerte y Resurrección de Jesucristo y abrasados de amor por Él, enfrentaban la muerte y dominaban los instintos de sociabilidad y de conservación, ambos muy arraigados en el alma. En la Edad Media, otro modo de adhesión llevó al hombre a transformar la vida social en una manifestación de la fe católica.
En cada etapa de la Historia, por tanto, la fe produce nuevos y variados frutos de santidad, puesto que si no hay obras, está muerta (cf. St 2, 17).
También necesitamos dar testimonio de esa virtud, adecuando a Jesucristo nuestras actitudes, mentalidad, inteligencia, voluntad, sensibilidad, en fin, todo lo que somos y queremos ser.
Al presenciar en el mundo de hoy el abandono de la fe y la casi completa desaparición del fermento evangélico en las relaciones humanas, nos corresponde alimentar una vigorosa piedad eucarística y mariana, junto con la fidelidad a la Cátedra de Pedro, y buscar la sacralidad en todos los aspectos de la existencia.
En resumen, debemos asemejarnos al divino Maestro, a fin de participar, ya en esta vida, de la inefable convivencia con las tres Personas divinas
Éste es el objetivo de la liturgia de hoy: estimularnos a crecer en la devoción a la Santísima Trinidad y a corresponder a su sublime amor, realizando la voluntad del Padre, caminando sobre las huellas del Hijo y atendiendo con docilidad las mociones del Espíritu Santo.

(Monseñor João Scognamiglio Clá Dias EP in “Lo inédito sobre los Evangelios” Tomo I Librería Editrice Vaticana).
Texto completo en: COMENTARIO AL EVANGELIO - Solemnidad de la Santísima Trinidad

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