Después de tres décadas volvió a escucharse el
tic tac del reloj gigante ubicado en una de las torres campanario de la
Catedral de la Inmaculada Concepción, de Minas.
Ha sido una tarea a largo plazo, una labor constante para mejorar todo lo que
significa el principal templo de la diócesis, luego de las reparaciones y las
pinturas que le han dejado en forma magnífica.
Luego de un trabajo de más de dos meses, que incluyeron la fabricación de
piezas para la compleja maquinaria, quedando apenas pendiente la iluminación
interna para que pueda ser visto desde su exterior, volverá a ser un punto de
referencia de la capital minuana.
El edificio actual del templo fue inaugurado el 10 de abril de 1892 y desde 1960
es sede de la diócesis de Minas.
Fuente: La Opinión (Minas-Lavalleja)
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