Monseñor Joao Clá Dias, EP
Comentario al Evangelio del 22º Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C - Domingo, 28 de agosto de 2016
“[…] Un modo muy eficaz y poco enseñado para combatir el amor propio consiste en admirar aquello por donde
los otros son superiores a nosotros, reconociendoComentario al Evangelio del 22º Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo C - Domingo, 28 de agosto de 2016
en esas cualidades reflejos de las perfecciones de Dios. Siendo todo hombre superior a los demás bajo determinado ángulo, único y personalísimo, procurar admirar esas cualidades de los otros es uno de los mejores y más eficientes medios de combatir el amor desordenado a sí mismo y la vanagloria.
Quien actúa así, practicará de manera excelente la virtud de la humildad y, al mismo tiempo, el primer mandamiento de la Ley de Dios, pues en el amor a todas las superioridades está el núcleo de la práctica de la virtud de la caridad. Por eso, quien quiera ser manso de corazón, admire las cualidades de los otros; quien quiera ser santo, admire las virtudes de los otros. ¡Admiremos, todo cuanto es admirable y tendremos ya la recompensa de la paz de alma en esta tierra, y la bienaventuranza eterna en el Cielo! La admiración, he aquí la gran lección del Evangelio de este domingo”.
(Cfr. Monseñor Joao Clá, in “Lo inédito sobre los Evangelios” Librería Editrice Vaticana)
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