Monseñor Luis Eduardo González dio inicio en la tarde de ayer domingo, al Año del Jubileo 2025, en la catedral Nuestra Señora de la Mercedes, con una peregrinación y la celebración de la santa Misa.
El pasado 24 de diciembre, el papa Francisco inauguró oficialmente en el Vaticano, el Año del Jubileo 2025, abriendo la puerta santa de la Basílica de San Pedro, bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. Y ayer domingo, todas las diócesis del mundo dieron inicio, en comunión con el Santo Padre, a este Año Santo.
Durante su homilía, Monseñor Luis Eduardo González recordó que en el Año Jubilar, la Iglesia abre las puertas de la misericordia, para decir “no sólo podés obtener el perdón de tus pecados –que eso lo obtenemos por el Bautismo o por la Reconciliación o Confesión- sino que en el Año Santo, cumpliendo determinadas condiciones como peregrinación a algún lugar santo, confesión de los pecados, Comunión, oración por el Papa, podés obtener la indulgencia plenaria”.
El obispo diocesano continuó explicando que la indulgencia plenaria no sólo perdona nuestros pecados sino que la pena que merecemos por ellos. Y graficó con una metáfora: es como si quedáramos como recién bautizados. Si obtenemos la indulgencia plenaria, como salidos de la pila bautismal, con el perdón de los pecados y de todas las “deudas” que tenemos con Dios. Dios nos ama y nos perdona los pecados y toda deuda que tengamos con él. Y podemos decir como recién bautizados.
En definitiva, Año Santo, año de gran perdón de Dios, misericordia de Dios; tengamos en este año, la gracia de volver a estar recién bautizados. Y no sólo una vez, la podemos volver a ganar, entre comillas, varias veces a lo largo del año, yendo a las iglesias jubilares, que serán debidamente anunciadas.
El concepto del Jubileo en la tradición católica se remonta
al año 1300, cuando el Papa Bonifacio VIII proclamó el primer Año Santo.
Inspirado en las prácticas del jubileo bíblico, el propósito de este evento era
ofrecer a los fieles un tiempo de renovación espiritual, reconciliación y
perdón de los pecados. Desde entonces, se ha convertido en una tradición
establecida, celebrada regularmente cada cuarto de siglo, aunque también se han
convocado Jubileos extraordinarios, como el de la Misericordia en 2016. Concluirá
el 6 de enero de 2026, coincidiendo con la Epifanía (Reyes).
Fotos: Gentileza de Beatriz
Tabeira, Mauricio Sosa V. y Maxi De la Cruz G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario