Dicha jornada que fuera iniciativa de los Heraldos del Evangelio, comenzó con
la Adoración Eucarística y el rezo del Santo Rosario, para continuar con la
celebración solemne de la santa Misa.
La Eucaristía fue presidida por el padre Alberto Arcos-Pérez, EP y concelebrada
por el padre Víctor Hugo Rainieri, vicario parroquial del Cordón.
El padre Alberto Arcos Pérez durante la homilía reflexionó: “Este día de la
Solemnidad del Sagrado Corazón, es muy importante para que sepamos ser
agradecidos de todo aquello que recibimos de Dios. Por ejemplo de considerar
ese gran legado que Él nos dejó: la Iglesia por él fundada, por medio de la
cual recibimos dones extraordinarios como lo son los sacramentos, instrumentos estos
indispensables para nuestra salvación. No obstante, a veces por nuestros
desagradecimientos, vivimos como si Dios no existiese y ante la menor
dificultad, nos declaramos en rebeldía. Pero debemos tener en cuenta que, a
pesar de nuestras flaquezas, el Sagrado Corazón de Jesús está dispuesto a
comprender y a perdonarnos. ¡No debemos desconfiar de ese Amor misericordioso
que desciende de Dios!”
Para finalizar esta Jornada fueron bendecidos y entregados a los presentes, los
Deténtes del Sagrado Corazón (*).
Algunos chicos que participan de las actividades juveniles con los Heraldos del Evangelio, colaboraron como monaguillos vistiendo elegantes uniformes, dándole una nota de solemnidad a la celebración eucarística.
(*) El Detente o Escudo del
Sagrado Corazón de Jesús es un sencillo emblema con la imagen del Sagrado
Corazón y la divisa: ¡Deténte! El Corazón de Jesús está conmigo. ¡Venga a
nosotros él tu reino! Por inspiración divina, surgió como un pequeño pero
poderoso Escudo que la Divina Providencia colocó a nuestra disposición a fin de
protegernos contra los más diversos peligros que enfrentamos en nuestra vida
cotidiana. Más información en: Breve Historia del “Deténte”.
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