El Mensaje de Fátima irrumpe en nuestros días
con renovada actualidad. ¿Qué es lo que un lector que le dedique una atención
suficientemente seria, saca de ese mensaje?
Doña Lucilia [*] tenía un crucifijo que había pertenecido a su padre y que databa de la época en que Brasil se independizó de Portugal, o de antes, hacia los últimos días del Brasil colonial. Ella guardaba ese antiguo crucifijo en un cajón y lo sacaba una vez por año, para rezar en ese día.
Doña Lucilia [*] tenía un crucifijo que había pertenecido a su padre y que databa de la época en que Brasil se independizó de Portugal, o de antes, hacia los últimos días del Brasil colonial. Ella guardaba ese antiguo crucifijo en un cajón y lo sacaba una vez por año, para rezar en ese día.
Un lector en tales condiciones retiene del
mensaje el hecho supremamente grave de que Nuestra señora increpa al mundo de
ciertas culpas y lo amenaza con determinados castigos, en el caso de que sus
pedidos no sean atendidos. El carácter condicionado de las promesas de Fátima
queda así perfectamente configurado. O sea, la Virgen Santísima deja una vía
abierta para que la humanidad pueda escapar del castigo inminente mediante la
enmienda de la vida.
En este sentido, resalta también el carácter expiatorio de los pedidos hechos por Nuestra Señora: la Comunión Reparadora de los primeros sábados de cinco meses consecutivos y la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María. Si tales pedidos fuesen atendidos, el mundo volvería a gozar de la paz: la paz de Cristo en el Reino de María.
Pregunta: ¿las culpas y los pecados cesaron? ¿Fue hecha la expiación?
Respuesta: Para ir, de entrada, a lo más
evidente, digamos que desde 1917, la crisis moral en occidente no ha hecho sino
acentuarse rápidamente. Así, entre tantas reformas de las que todo el mundo
habla como siendo necesarias, tanto en oriente como en occidente, nadie
propugna por la solución de lo que más ofende a Nuestra Señora, o sea, la
reforma de la moralidad, tanto particular como pública, a través de la
restauración de la institución de la familia, del fortalecimiento de la
indisolubilidad y de la sacralidad del matrimonio, de la autoridad de los
padres sobre los hijos, la sustracción de éstos a la intromisión abusiva del
Estado que oficialmente es laico, si no directamente ateo.
Por lo tanto, cualquier afirmación en el sentido
de que las promesas de Fátima se están cumpliendo, exigiría mayor
circunspección ya que, de parte de la humanidad, no hubo correspondencia a los
pedidos de la Virgen María en un punto fundamental que es la enmienda de vida.
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Dr. Plinio Corrêa de Oliveira |
Importa, pues, en alto grado, interpretar el
Mensaje de Fátima de forma auténtica, para que los espíritus se mantengan
lúcidos, vigilantes y valientes ante los acontecimientos extraordinarios que
puedan darse, lanzando a la humanidad en la perplejidad y en la aflicción.
Para los que tienen fe, resonarán siempre en sus
oídos las palabras de Nuestra Señora en Fátima: “Por fin, mi Inmaculado Corazón
triunfará”. [1] “Hodie si
vocem ejus audieritis nolite obdurare corda vestra – si hoy escucháis su
voz, no endurezcáis vuestros corazones” (Sal 95, 8) – dice la Escritura.
Inscribiendo la Fiesta de Nuestra Señora de Fátima en el calendario litúrgico,
la Santa Iglesia proclama la perennidad de su mensaje dado al mundo a través de
los pequeños pastores. En el día de su Fiesta, una vez más la voz de Fátima
llegó hasta nosotros. No endurezcamos nuestros corazones, porque solo así,
encontraremos el camino de la verdadera paz. [2]
[*] Madre del Dr. Plinio Corrêa de Oliveira.
[1] Extractos del artículo “Actualidad del Mensaje de Fátima 75 años después”, publicado en el diario Las Américas el 14/5/1992.
[2] Extraído del artículo “Fátima”, publicado en O Legionario del 14/5/1944.
[1] Extractos del artículo “Actualidad del Mensaje de Fátima 75 años después”, publicado en el diario Las Américas el 14/5/1992.
[2] Extraído del artículo “Fátima”, publicado en O Legionario del 14/5/1944.
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