miércoles, 12 de julio de 2023

Mons. Fernández reacciona y defiende su obra sobre ‘el arte de besar’

 

Un portavoz de la Arquidiócesis de La Plata defendió al nuevo Prefecto de Doctrina de la Fe contra señalamientos de mal manejo en un sonado caso de abuso sexual.

Mons. Víctor Manuel Fernández, Arzobispo de la Plata y nuevo prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, no la ha tenido fácil desde el anuncio el pasado sábado 1 de julio, de su elección como nuevo prefecto del Dicasterio que una vez regentó Ratzinger u otros Papas, como Camillo Borghese (Pablo V) o Gian Pietro Carafa (Pablo IV).

Su defensa ha fluido – aunque él exprese que no es defensa – por dos frentes: una respondiendo por comunicados a los medios sobre el manejo que dio al caso de un sacerdote acusado de abuso en su diócesis, y otra por medio de su cuenta personal de Facebook, hablando sobre su polémico libro Sáname con tu boca – El arte de besar.

El caso del P. Eduardo Lorenzo

En el primer frente Mons. Fernández ha respondido los señalamientos del grupo especializado BishopAccountability.org, que el mismo día de su escogencia como Prefecto afirmaba que el prelado no había prestado atención a las víctimas ni manejado bien el caso del sacerdote Eduardo Lorenzo, presbítero acusado de cinco casos de abuso en el 2019.

La co-directora de BishopAccountability.org, Anne Barrett Doyle, afirmaba que la del Arzobispo de la Plata era “una elección desconcertante y preocupante” para un puesto que “tendrá un poder inmenso, especialmente cuando se trata de juzgar y castigar a los sacerdotes que abusan de los niños”.

Expresaba Barret Doyle que Mons. Fernández “defendió públicamente” y apoyó al P. Lorenzo sobre el que pesaban cinco acusaciones de abuso sexual en el 2019, y que lo siguió apoyando incluso después de que el sacerdote se suicidara, cuando ya una juez civil había ordenado su arresto.

“[Mons. Fernández] apoyó firmemente al sacerdote acusado y se negó a creer a las víctimas. Mostrando desprecio por la seguridad de los niños, Fernández mantuvo al sacerdote en su puesto parroquial incluso cuando se presentaron más víctimas”, afirmó Barret Doyle, quien llegó a aseverar que por el manejo de este caso, el Arzobispo “Fernández debería haber sido investigado, no promovido a uno de los más altos puestos en la Iglesia global”, en el que tendría responsabilidades de respuesta al abuso de menores.

Tras los señalamientos de BishopAccountability.org ayer lunes en la noche un portavoz de la Arquidiócesis de la Plata envió un email a CNA en el que se afirmaba que “el arzobispo nunca expresó que no les creía [a las víctimas], más allá de lo que hayan dicho algunos blogs que emiten opiniones libres”. “Ante las preguntas de los periodistas, el arzobispo claramente respondió que ‘cuando alguien presenta una acusación de este tipo, en principio, SIEMPRE SE LE CREE, pero más allá de eso, es necesaria una investigación y un debido proceso porque la propia legislación lo establece’”, expresaba el vocero de la Arquidiócesis de La Plata.

Algunos analistas ya critican la expresión “SIEMPRE SE LE CREE”, empleada por el portavoz de La Plata, porque en ese momento de una situación de este tipo, no se deben emitir juicios de valor sino simplemente iniciar la investigación.

“A medida que aparecían nuevos testimonios – continúa el vocero de la Arquidiócesis de La Plata, el arzobispo fue tomando nuevas medidas, comenzando por prohibirle toda actividad con menores hasta recluirlo en un departamento de Caritas”.

Sin embargo, según informa el blog especializado en Iglesia Il Sismografo, “luego de las denuncias del padre Lorenzo, este último pudo escribir una carta en el sitio oficial de la diócesis (con el permiso del Obispo Fernández) para negar las acusaciones y denunciar una campaña de calumnias. Como si no bastase, el Arzobispo Fernández visitó la parroquia del acusado y concelebró con el P. Lorenzo. Mientras tanto las denuncias de abuso continuaron”.

“Al final – continúa Il Sismografo, la diócesis comunicó el retiro del sacerdote por ‘motivos de salud’. Nunca se han dado otras explicaciones o detalles que hubiesen sido útiles para esclarecer los hechos o encontrar al menos una verdad jurídica”.

Por su parte el jurista Juan Pablo Gallego, abogado de las víctimas del caso del P. Lorenzo, afirmó a la agencia Associated Press que que el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de La Plata realizó, bajo el mando del arzobispo, una investigación paralela a la de la justicia penal aportando elementos que intentaron despegar a Lorenzo de las acusaciones. Dijo también el abogado que la misa por el fallecimiento del sacerdote, fue oficiada por Mons. Fernández de manera muy “sentida” y sin considerar a las víctimas como tales, aunque fueran potenciales.

El asunto del Arte de Besar

Ahora por medio de su cuenta Facebook, Mons. Fernández ha respondido en su último post a algunos “grupos contrarios a Francisco que están enfurecidos” con su nombramiento, al punto de “llegar a usar medios poco éticos para perjudicarme”.

Uno de estos medios de ataque son las referencias “a un librito mío que ya no existe, que hablaba sobre el beso”, con el sugestivo título Sáname con tu boca – El arte de besar. Expresa el Arzobispo que en el momento de la publicación de esa obra “yo era muy joven, era párroco, y trataba de llegar a los jóvenes”, pero “yo estoy orgulloso de haber sido aquel párroco joven que se ocupaba de llegar a todos usando los más diversos lenguajes”. Recuerda el prelado que esa no era una obra de Teología, y que “también tengo libros de alto nivel” y artículos teológicos en revistas especializadas.

Expresa igualmente el prelado que “estos ataques vienen de católicos de Estados Unidos, y no saben español, traducen mal uno de los poemas del libro. Traducen la palabra ‘bruja’ como ‘puta’. Pero el libro dice ‘bruja’. No tienen derecho a cambiar mis palabras. Parece que para esto no tienen ética, y no es la primera vez que me lo hacen”.

Entre tanto, siguen llamando la atención algunas de las expresiones de esta obra, y no solo a católicos estadounidenses.

Por ejemplo, Simone Varisco, en Zenit, destacaba la ‘receta’ ofrecida en el libro del entonces joven sacerdote, de que «cuando no hay besos –»¡alerta roja!»– tenemos la mejor señal de que el amor está en peligro. Se puede tener sexo, aliviar instintos y satisfacer una necesidad, pero si no hay besos de verdad –profundos, tiernos y frecuentes– es porque el amor ya no existe o está moribundo, «herido».

O las recomendaciones en la obra del hoy prefecto, contra el mal aliento: “Pero se soluciona cepillándose los dientes y masticando unos granos de café o enjuagándose con bicarbonato; si es más grave y persistente, se resuelve visitando al dentista o revisando el aparato digestivo. Puede ser el perfume que uno usa; o un olor molesto, que se resuelve duchándose más a menudo o cambiándose de ropa más a menudo. Puede ser el molesto bigote, que podría recortarse un poco más para no tener que evitarlo tanto”.

En la obra del hoy ‘Guardián de la Fe’ no se escatiman detalles en algunos pasajes: “También puede ser la posición del cuerpo, y los dos podrían descubrir cuál es la postura más cómoda para ambos. También puede ser la forma de besarse, que a uno de los dos no le guste tanto. Hay mujeres que prefieren un beso lento y suave, pero su pareja le pone demasiado movimiento y velocidad. También ocurre que uno de los dos está muy tenso y aprieta demasiado los labios: él libera su tensión, pero ella siente como si le metiera un taladro en la boca”.

También se recuerdan por estos días, otros textos en El Arte de Besar:

“Me parece que cuando empezás a besar con la lengua es muy posible que pierdas el control, y ya querés adueñarte de la mina…”.

“Es hermoso ir girando por la mejilla y por la pera, y luego volverse a encontrar en la boca. Es un paseo maravilloso”.

“El beso centrípeto es cuando chupás y absorbés con los labios. El beso centrífugo es cuando entrás con la lengua. Cuidado con los dientes”. (SCM)

Fuente: Gaudium Press

Se autoriza su publicación citando la fuente.

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