A pesar de contar con resguardo policial, la iglesia sufrió el ataque con bombas de pintura roja, durante la jornada del Movimiento conocido como #8M2019. Los agresores a su vez le gritaban a los policías que custodiaban el edificio: "“No son obreros; no son trabajadores, son los milicos cuidando violadores”.
Ya en dos ocasiones anteriores, en circunstancias similares la iglesia sufrió ataques vandálicos, por anónimos escondiendo sus rostros.