Los
animales feos y dañinos nos recuerdan el pecado de nuestros primeros padres y
el castigo merecido por ellos.
Tal vez algunos juzguen exagerado lo que voy a decir, por eso depende mucho del sentir de cada persona: pero un animal que considero feísimo es el elefante. Aquella gordura, orejas inmensas y ridículas, aquellas piernonas cilíndricas con aquellas patas y, sobre todo, aquella piel horrible que parece un cuero podrido, casi todo en el elefante causa repugnancia. ¡Sólo los colmillos valen, y cuánto valen! ¡El marfil es una cosa linda!
Tal vez algunos juzguen exagerado lo que voy a decir, por eso depende mucho del sentir de cada persona: pero un animal que considero feísimo es el elefante. Aquella gordura, orejas inmensas y ridículas, aquellas piernonas cilíndricas con aquellas patas y, sobre todo, aquella piel horrible que parece un cuero podrido, casi todo en el elefante causa repugnancia. ¡Sólo los colmillos valen, y cuánto valen! ¡El marfil es una cosa linda!