Con motivo de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el sábado 29 pasado, Monseñor Luis Eduardo González, presidió la solemne eucaristía en homenaje al Papa.
Los 29 de junio, se celebra
conjuntamente la Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo por considerarlos
los dos pilares fundamentales de la Iglesia. Uno (Pedro) como el representante de Jesús en la
tierra e instituido como cabeza de la Iglesia, por el propio Hombre–Dios; el
otro (Pablo) como el gran difusor del cristianismo por gran parte del mundo,
conocido en aquella época.
Los une a ambos, que murieron martirizados en Roma,
posiblemente el mismo día del año 67, durante el gobierno de Nerón. Pedro fue
crucificado cabeza para abajo y Pablo fue decapitado, según la condena del Tribunal
Romano.
Monseñor Luis Eduardo durante su homilía resaltó importancia para los católicos de la figura del Papa para la cohesión y unidad doctrinaria de la Iglesia. También comentó que recientemente estuvo en una entrevista privada con el Papa Francisco y que pudo estrecharle la mano en nombre de todos los habitantes de la diócesis de Mercedes.
Además relató la celebración de la santa misa, en las catacumbas de San Calixto,
durante su visita a Roma, donde sintió con gran emoción la presencia en ese
lugar, la marca y el sacrificio de los primeros cristianos, muchos de los
cuales derramaron su sangre como testimonio de fe.
A pesar de las bajas temperaturas en la tarde de sábado,
numerosos fieles asistieron como muestra calurosa de adhesión al Sumo Pontífice
y a Monseñor González, genuino sucesor de los apóstoles.
Acompañaron en la celebración litúrgica a Monseñor Luis Eduardo, los diáconos Aníbal Arroyo y Luis Barbita.
Fotos: Maxi de la Cruz Gareta
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